Lola es una persona trans de edad mediana que tiene un cibercafé. Ella, luego de haber salido del closet, sueña con encontrar el amor de su vida a través de la computadora. Además, mira la vida de su cibercafé como una interminable telenovela donde siempre pasan cosas. Se siente íntimamente ligada a los dramas de todos sus clientes.

Algunos de sus clientes asiduos son Kevin, el soñador, quien todos los viernes llega con la esperanza de encontrar novia, deseando que Pamela, el amor de su vida, finalmente le conteste; Jessica Lorraine, que es bipolar, y nunca se sabe con qué humor llegará; y, cuando empieza la obra, aparece un personaje anónimo, que se esconde para hablar con su amante y encontrarse a sí misma: Marcela, una ama de casa con dinero, esposo, hijos y mucha, pero mucha, decepción.

Y es que, ante una computadora, es muy fácil mentir. Uno puede ser más alto, más joven, más guapo o más rico. La fantasía y la realidad se mezclan en los diferentes personajes que entran al cibercafé con el fin de encontrar el amor, porque, en definitiva, esa es la eterna búsqueda del ser humano.

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