DEAD POETS SOCIETY (La Sociedad de los Poetas Muertos)
1989 (disponible en DVD)
Director: Peter Weir
Actor: Robin Williams
Hace unos días, la volví a ver con mi hijo, sin albergar grandes expectativas y sin descartar que, tal vez, hasta me aburriese. Pasados ya tantos años, había olvidado gran parte de la trama: en 1959, un exalumno regresa como profesor de literatura a la afamada academia Welton. Ahora, Robin Williams, en el papel de John Keating, no es un profesor convencional, por el contrario, él incita a sus jóvenes estudiantes a pensar por sí mismos, a cuestionar lo establecido. Si bien es cierto que, para ese año, el mundo ya estaba al borde de un colapso general de las reglas y tradiciones, tal como Mick Jagger dijo en la espectacular canción Primitive Cool, esa hora todavía no había llegado y continuaba vigente un mundo jerárquico, obediente y convencional. Debido a algunas situaciones que incitan a la rebelión en los jóvenes, la reacción autoritaria de la directiva de la academia y de los padres de familia fatalmente condenará a algunos chivos expiatorios al cadalso.
Viendo la peli, mi hijo no podía comprender ciertas actitudes de los padres de aquella época hacia las ansias de autonomía y decisión propia de sus hijos. Solo por esta razón ya vale ver esta película, porque nos refresca la memoria, porque nos recuerda cuanto hemos avanzado y el inmenso riesgo de retroceder a un conservadorismo absurdo. Asusta pensar que hay grupos fanáticos, y no precisamente minúsculos, que anhelan volver a instaurar regímenes autoritarios, que añoran en Estados Unidos una retrógrada era “blanca y grandiosa”. ¿Acaso no hemos aprendido nada de la historia del siglo 20?
La película bien vale verla como lección pero, al tiempo, como un excelente drama. Una historia fuerte y tierna, enfocada en la vida de unos adolescentes, que nos lleva a vibrar con sus conflictos y sus sueños. Fantástica actuación de Ethan Hawke y de Robin Williams, a quien se le extraña cada vez más.
Nota: 10 / 10
ANA KARENINA
De: León Tolstoi
Sin duda, una de las novelas más representativas de la literatura del siglo XIX. La he leído varias veces. Su primera frase ya anticipa lo que será la novela: “Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera”. En esta sola frase está condensada la trama. Se destaca la perspicacia de Tolstoi al presentarnos personajes, tanto masculinos como femeninos, dotados de una psicología impactante. En cada lectura, he quedado maravillada con la sabiduría de este escritor que supo plasmar las penas y los dolores de sus personajes.
Si bien es cierto la novela se titula Ana Karenina y trata de su malhadado romance con el Conde Vronski y su consecuente humillación por parte de la alta sociedad de San Petersburgo, la otra mitad de la novela es la vida de Konstantin Levin, el alter ego de Tolstoi, atormentado por su fe, o su ausencia, preocupado por la desdicha de los campesinos rusos, girando alrededor de un eterno cuestionamiento de su existencia opacada por su constante negativismo. Hay párrafos eternos acerca de la revolución industrial de la época y los problemas con el campesinado, pero sáltenlos con confianza, no se pierden mayor cosa. Esta novela hay que leerla con el equivalente de un botón de fast forward para las películas. Pero, ¡en ningún caso dejen de leerla!
Tolstoi es un excelso psicólogo. La ruptura de Ana que le conduce a su fatal desenlace es realizada con la maestría de un genio. Uno acaba entendiendo lo que es el ser humano en su profundidad, acaba refugiándose en los dolores y vicisitudes de los personajes, acaba enredado en las aristas de una gran obra. Me considero una persona más sabia gracias a Ana Karenina. Leí esta mañana como una escritora logró superar su depresión gracias a su interpretación muy perceptiva e inteligente de esta novela.
Tal como en la vida real, no hay malos ni buenos, sino hilos de varios colores, como se dice en una pieza teatral mía. Los personajes son seres humanos inmersos en situaciones complicadas y quienes, en consecuencia, deben tomar decisiones igualmente complicadas. En eso radica la genialidad de esta novela.
Recomendadísima.
Nota: 10 / 10